Esta semana asistí a una charla en las oficinas principales de la National Geographic, ofrecida por el fotógrafo Michael Melford, experto en fotografías de naturaleza y paisajes.
Nunca había estado en las instalaciones de la National Geographic, esperaba llegar a algún salon donde se iba a dictar la charla, pero me llevé una grata sorpresa, pues parece ser que todo el primer piso es una muestra fotográfica de diferentes fotógrafos, diferentes temáticas, mostrando dieferentes partes del mundo. Además de la riqueza visual y del bombardeo de imágenes, estas fotos transmiten mensajes y generan reacciones. Habían imágenes de animales en vida salvaje, de maltrato de personas posiblemente en África, de la vida de las mujeres en el medio oriente y de paisaje, entre otros temas, todas en colores brillantes y en altísima resolución.
Creí que la charla iba a estar un poco monótona e iba a ser más corta, pero siempre duró más de una hora y fue bastante amena y hasta divertida. El fotógrafo inició hablando sobre los comienzos de su carrera, mostrando fotografías que había tomado en determinadas situaciones (que a veces resultaron coincidencia) y cómo estas habían sido seleccionadas como portadas de la revista Traveler. Luego habló de su primera gran asignación para la National Geographic, y todos los eventos inesperados que le ocurrieron en esta experiencia, pero que al final resultaron favoreciendo su trabajo.
La charla sobre Alaska fue muy entretenida. El fotógrafo alternó fotografías con un mapa donde mostraba la región donde fueron tomadas, y de las experiencias vividas en cada uno de esos lugares. Esta asignación tuvo el propósito de documentar toda la riqueza natural que tiene Alaska, y que está en riesgo porque bajo sus tierras existe el segundo yacimiento más grande de cobre del planeta, y compañías están estudiando el terreno para construir una mina. Esto afectaría el ecosistema de varias especies de peces que viven en esos ríos, y por consiguiente otros animales como el Oso Grizzly que viven principalmente del Salmón. Triste.
Como conclusión del fotógrafo, según su experiencia, hay varios factores que pueden incidir en una buena fotografía: La iluminación – que está relacionada con la hora del dia, la paciencia del fotógrafo, y muchas veces la coincidencia – estar en el momento correcto y en el lugar adecuado.
Algo que el fotógrafo no mencionó, pero que considero el factor fundamental para una buena foto es el ojo del fotógrafo, y esto incluye:
- Composición, que se divide en encuadre y composición de colores.
- Dominio sobre la cámara.
- Decisión de cómo se quiere la foto (todo enfocado, solo algunas cosas enfocadas, foco selectivo dramático, etc).
- Estilo propio y originalidad.
El fotógrafo entrena el ojo tomando fotos. Hay personas que de forma innata tienen este don, y hay otras que lo adquieren con el tiempo.
En mi caso, continuamente estoy viendo fotografías, así no tenga mi cámara en la mano. No estoy seguro si es por los años de estar practicando fotografía, pero de alguna manera en mi cerebro se forma un recuadro imaginario buscando la mejor composición. Ya con cámara en mano decido qué enfocar y cómo moverme, así sea caminar o tirarme al piso, para buscar otros ángulos. Y como lo decía Michael Melford en su charla, en ocasiones uno no espera ciertas cosas que inicialmente parecen obstáculos, pero que al final resultan favoreciendo las fotografías.
Tambien me sucede que nunca estoy conforme con mi trabajo, sólo en raras ocasiones quedo totalmente satisfecho. Y conforme pasa el tiempo, quisiera eliminar fotos de mi portafolio que ya no considero “buenas”, o acordes para exhibir.
Algo que olvidé mencionar sobre Michael Melford. Varias de sus fotos eran movidas, tomadas así a propósito. Estas fotos podrán no ser del agrado de muchas personas – por qué no están en foco? por qué una foto movida? – pero la justificación del autor es simplemente porque “son más interesantes”. Percibo esto como un deseo de no sólo capturar el momento, sinó la acción de la escena.
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