Revisando mis archivos de fotografías encontré este estudio experimental con luz artificial, en el que usé una lámpara halógena de 400W y una luz direccional de 50W. Una amiga, Luisa Agudelo, me sirvió de modelo, y me colaboró muchísimo con el vestuario y los props.
La gran ventaja de la iluminación artificial sobre la luz natural es que el fotógrafo tiene el control sobre la configuración de las luces, pero la gran desventaja es que se pueden cometer muchos errores si no se tiene experiencia.
En las primeras fotos de este estudio usé una iluminación muy clásica, usando la luz principal (400W) frontal en un ángulo casi de 45 grados desde arriba y la luz direccional desde atrás como backlight. También utilicé una tela negra como fondo.
Poco a poco comencé a variar la iluminación para dar resultados más dramáticos, como usando la luz principal mucho más frontal, lateral o desde bien arriba para generar más contrastes.